AMBIVALENCIA HUMANA

 Ambivalencia humana: la batalla interior que todos enfrentamos

No sé qué va a pasar conmigo. Cada vez la situación se vuelve más compleja. Me siento atrapada, como si me hundiera más con cada decisión confusa, con cada camino que sé que me va a doler.

La ambivalencia del corazón humano es real. No siempre se trata de no saber lo que está bien o mal, sino de sentirnos arrastrados por emociones que nos seducen, aunque nos destruyan lentamente. Qué difícil es vivir en un mundo lleno de matices, de deseos, de decepciones.

A lo largo de la historia, los profetas y hombres de Dios han reconocido esa lucha interior. Desde la caída en el Edén, el pecado habita en nosotros, y forma parte de nuestra naturaleza caída. La ambivalencia humana nos lleva a navegar en dos aguas:

por un lado, el deseo de hacer lo correcto, lo justo, lo íntegro…

y por otro, la tendencia a hacer lo que no queremos hacer, pero que nos produce placer, aunque luego nos robe la paz.

¿Cómo superarlo?

Con disciplina. Con constancia. Pero sobre todo con la ayuda del Espíritu Santo, que intercede por nosotros con gemidos indecibles ante el trono del Padre.

Él nos ayuda en la debilidad. Nos muestra la tristeza que sentimos cuando fallamos, y a través de esa tristeza, también nos da convicción, dirección, y amor incondicional.

Dios es capaz de sacar la maldad natural del hombre, esa que lo ha marcado desde las transgresiones y caídas que lo alejan de su diseño original.

Hoy declaro que mi futuro y mi vida están en manos del Señor.

Creo firmemente que esta lucha me hará crecer, me hará más fuerte, más consciente, más dependiente de Su gracia.

No soy lo que hoy ves. Soy mucho más de lo que tus ojos pueden vislumbrar.

Cada batalla y cada reto me llenan de vigor y seguridad en Aquel en quien he confiado.

✍🏻 Carito 🌹

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