Amar desde la herida: del vacío a la verdad" Casarme de la forma en que lo hice fue, sin saberlo, una manifestación profunda de mi herida. No fue una elección nacida desde la paz o la claridad, sino desde el deseo desesperado de sentirme validada, de demostrar cuánto podía amar, de convencerme de que si daba todo de mí, alguien se quedaría. El problema no fue haber amado… sino haberlo hecho desde el miedo a no ser amada. Así empezó un camino donde convivía con alguien, pero cada día sentía más sola. Había un techo compartido, una rutina construida, pero emocionalmente estábamos a kilómetros de distancia. Yo me esforzaba por entender, por acercarme, por sostener… pero mis necesidades emocionales eran minimizadas, ignoradas o postergadas. Y sin darme cuenta, caí en una relación fantasma: de esas donde el otro está, pero no está; donde el cuerpo acompaña, pero el alma está cerrada. Cuando se convive con alguien con apego evitativo, los intentos de conectar terminan en evasión, en mo...