CÓMO SE SI REALMENTE AMO A MI CÓNYUGE?
Cómo Se Si
Realmente Amo A Mi CÓNYUGE?
El
Matrimonio, luego de un tiempo tiende a convertirse en una rutina.
Autor
desconocido.
El agua llegó a su
nivel. Entonces es cuando de verdad podemos saber si amamos o no a nuestro
cónyuge.
Después de la experiencia del
enamoramiento y la luna de miel, es normal que la mayoría de los matrimonios
entren en una relación más pasiva. Es frecuente encontrar en esta etapa
momentos de duda si realmente amo a mi cónyuge o no.
Nos enfrentamos con una gran interrogante: es posible
continuar viviendo con una persona que ya no expresa amor, ni te abraza,
indiferente Si es posible! Pero no es fácil! El Amor verdadero es un conjunto
de decisiones en favor de la persona a la que amas y no debe estar sujeta a la
reciprocidad.
El
Amor real es incondicional y está dispuesto a dar sin recibir.
Como puedo medir si realmente le tengo amor a mi pareja? Por
medio del interés que tengo y demuestro en procurar su bienestar más que el
propio! Si no muestro interés en el bienestar de mi pareja, entonces es muy
probable que esté operando bajo un espíritu de egoísmo y orgullo.
Cuáles
son los síntomas de que algo se está perdiendo en la relación?
·
Comunicación
deficiente
·
Ausencia
de detalles
·
Desconsideración
·
Desconexión
como amantes.
Como
puedo incrementar mi amor hacia mi cónyuge? Es eso posible?
1
Cor 13: 1-7: Si yo hablara lenguas humanas y
angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que
retiñe. Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo
conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes,
y no tengo amor, nada soy. Y si
repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido,
es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se
envanece, no hace nada indebido, no
busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta.
Sin
amor verdadero, la vida no tiene ningún sentido. Se convierte en una vida
guiada por la pasión egoísta de las personas que buscan solamente su propia
felicidad a costa de otras personas.
En el pasaje anterior es evidente que
el verdadero amor desde la perspectiva del Creador del ser humano, son
decisiones a favor de la persona a quien se quiere amar.
Si el verdadero amor son decisiones, uno de los dos, o
preferiblemente ambos pueden incrementar sus acciones de amor hacia el otro. Y
si el verdadero amor es incondicional, se puede dar sin recibir. No es nada
fácil, pero si es totalmente posible! Aquí
entra en función otro principio fundamental de la Creación de Dios: La siembra
y la Cosecha! Si sembramos amor verdadero como lo enseña 1 Cor 13, tarde o
temprano vamos a cosechar ese mismo amor y probablemente en mayores cantidades.
No obstante, para poder amar a la
manera de Dios, es imprescindible tener mucho alimento espiritual, porque ese
tipo de amor viene de nuestro Padre Celestial, que es la única fuente
inagotable de amor!
Si tu matrimonio esta frío, debes
procurar de inmediato fortalecer tu vida espiritual y procurar alimento para tu
matrimonio por medio de la palabra de Dios y
la oración para que la unción del Espíritu Santo sane esa relación que está muy fría y debes buscar ayuda calificada
para que te guíen en como restaurar y fortalecer la relación. Nunca busques
ayuda con amigos, familiares o personas neófitas en el tema. Busca Mentores
especializados en temas de matrimonios y familia. No lo dejes para después,
podría ser demasiado tarde!
Tú
matrimonio y tu familia es el regalo más preciado que Dios te ha dado. Cuídalo!
La respuesta emocional refleja el
estado del corazón!
La esencia de una buena comunicación reside en la capacidad de escuchar y responder correctamente. Hemos explicado anteriormente acerca de la necesidad de escuchar bien antes de responder. Lamentablemente la mayoría de personas no escuchan bien, con atención, y terminan adelantando sus respuestas.
La esencia de una buena comunicación reside en la capacidad de escuchar y responder correctamente. Hemos explicado anteriormente acerca de la necesidad de escuchar bien antes de responder. Lamentablemente la mayoría de personas no escuchan bien, con atención, y terminan adelantando sus respuestas.
Esas personas generalmente no escuchan
porque están pensando en la respuesta antes que su interlocutor termine de
expresar su pensamiento.
Juan respondió sarcásticamente a su
esposa cuando esta le preguntó acerca de unas compras en el supermercado. Ella
no entendió la respuesta fuerte y agresiva de su esposo, pero en realidad él
estaba expresando su enojo porque ella se negó a tener intimidad con él la
noche anterior.
Las respuestas casi siempre responden
a la condición emocional de la persona. Si está muy contenta y animada,
probablemente su respuesta será muy positiva y hasta puede comprometerse a
hacer algo fuera de su capacidad por la emoción de entusiasmo que hay en su
corazón en ese momento. Si por el contrario experimenta una emoción de
tristeza, desánimo, frustración o algo así, su respuesta a una pregunta sencilla
puede llegar a ser muy grosera.
Porque ocurren estas cosas. Porque los
seres humanos nos guiamos más por la condición emocional de la mente que por el
conocimiento o la sabiduría que nos revela la palabra de Dios. Porque las
emociones son las que gobiernan generalmente la voluntad de las personas.
Proverbios 15:1 La respuesta
suave aplaca la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor.
Una respuesta suave, tierna, amorosa, cordial, respetuosa, aplaca la ira, pero una respuesta agresiva, venenosa, vengativa, cruel, grosera, hace subir el enojo y la ira.
Una respuesta suave, tierna, amorosa, cordial, respetuosa, aplaca la ira, pero una respuesta agresiva, venenosa, vengativa, cruel, grosera, hace subir el enojo y la ira.
La respuesta de nuestro Diseñador y
Creador Celestial, nuestro Dios padre a la forma en que respondemos, es que no
nos conviene usar respuestas que produzcan heridas en el corazón de otras
personas. No estamos autorizados a ofender ni lastimar a nadie con nuestras
respuestas, y menos aún a su esposa a quien prometiste a Dios que la amarías y
la protegerías por siempre, o tu esposo a quién prometiste delante de Dios
respetarlo, apoyarlo, animarlo y admirarlo.
Si has tenido una actitud de respuesta
agresiva con tu cónyuge, examina la razón de tu corazón, porque muchas veces se
debe a frustraciones propias y no realmente de tu cónyuge. Oren juntos y
pídanle discernimiento al Señor para entender que pasa con tu vida. Pide perdón
a tu cónyuge y reconoce que has tenido esa actitud negativa.
Proverbios
16:24 Panal de miel son los dichos suaves, suavidad para el alma y medicina
para los huesos.
Una respuesta suave, siempre va a producir suavidad al alma y salud a los huesos
Santiago 1:19: Escuche con paciencia, luego piense y
luego hable. Toma la decisión de controlar tus respuestas. No permitas que de
tu boca salgan palabras negativas o respuestas groseras. Respira antes de
responder. Ora unos segundos antes de dejar que tu boca sea usada para expresar
ofensas. Pide ayuda a Dios para controlar tus emociones.
Tú
matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Valorar es reconocer, estimar y
apreciar el valor o mérito de alguien o algo. Es también aumentar el valor de
alguien o algo.
Es impresionantemente frecuente
escuchar esta queja de muchas parejas, especialmente de las mujeres, sin
embargo, la gran mayoría de personas no expresa este sentimiento.
Se guardan su frustración por no
sentirse valoradas y simplemente se van alejando emocionalmente de su cónyuge.
También es cierto que vemos y resentimos con mucha más
intensidad lo mismo, que el cónyuge no me valora igual de lo que yo le valoro a
él o ella. En otras palabras es más fácil resentir lo que mi cónyuge no me
valora que lo que yo no valoro de él o ella. Valora lo que Dios te ha dado!
Hay un principio fundamental de vida
que dice que lo que tú no valoras, eventualmente lo vas a perder! Lo que tú no
reconoces como valioso, lo vas a perder! Si no lo cuidas.
Es lamentable que muchas veces
valoramos lo que teníamos hasta que lo perdemos y entonces viene el lamento y
la tristeza, pero lamentablemente muchas veces ya es muy tarde.
Valora a tu esposo. Es la persona que Dios te dio para compartir la
vida, es el padre de tus hijos; no es perfecto, pero es tu esposo. Valora todo
lo bueno que hay en él y ayúdale a mejorar en lo que no es bueno. Dios te
instruye a que lo ames y lo respetes. Agrega valor a tu esposo, en vez de
criticarlo o juzgarlo; apóyalo, anímalo, motívalo y hazlo sentirse valioso cada
día. Que tus palabras sean de edificación siempre.
Valora
a tu esposa. Es la
compañera de tu vida y madre de tus hijos y tampoco es perfecta. Valora todo lo
que ella es, todo lo que hace, su esfuerzo por tener un hogar lindo y
agradable, por su esfuerzo por tu bienestar y el bienestar de tus hijos. Dios
te instruye a que la ames, la trates tiernamente y la protejas. Agrega valor a
tu esposa ayudándola a ser mejor persona cada día. Minístrala y ora por ella
todos los días.
Nunca te pongas a valorar más lo que
haces tú que lo que hace tu cónyuge, eso no es constructivo. Si así fuera en
realidad, más bien da gracias a Dios por la oportunidad de aportar más a tu
familia, pero nunca exijas reconocimiento por eso.
Todos tenemos áreas en las que somos
fuertes y otras en la que no lo somos. Generalmente vemos más fácilmente los
defectos y los errores de nuestro cónyuge que todo lo bueno que hace. Eso debe
cambiar. Debemos formar el hábito de observar y pensar en todo lo bueno de
nuestro cónyuge y cómo podemos expresarle nuestro agradecimiento por todo el
esfuerzo que realiza por el bien de la familia.
Filipenses 4:8 “Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Toma la decisión de
pensar en todo lo bueno de tu cónyuge y formar el hábito de reconocer y valorar
todo lo bueno que hace por ti y tu familia. Quizás debes pedirle perdón por no
haber reconocido y valorado todo lo bueno que ha hecho. Pídele perdón y
exprésale tu agradecimiento. Forma el hábito de valorar y expresarle a tu
cónyuge tu agradecimiento constantemente!
Comentarios
Publicar un comentario